jueves, 11 de febrero de 2010

Capítulo 21

   Cuando Anthony Burgess escribió A Clockwork Orange, se las vio en figurillas tras el calvario de tener dos editores distintos: uno encargado de la publicación del libro en estados unidos y otro encargado de la publicación en inglaterra. ¿La diferencia? el editor estadounidense decidió suprimir el capítulo final, de tal modo que la obra publicada íntegra en Inglaterra cuenta con 21 capítulos, y la americana con 20, versión que Stanley Kubrick convertiría en celuloide. Así que el final de la película no es el final-final. Sin discutir detalles sobre el desenlace, el capítulo 21 esencialmente trata la llegada de Alex a la madurez.
   El punto es, la falta de certeza al llegar al capítulo 21 de mi propia vida. Entiendo que nadie puede ver el futuro, y por lo tanto dicha incertidumbre es mas bien una constante; pero aún así no puedo dejar de pensar en el asunto. Mucho de esto se genera por las desavenencias o contradicciones entre juicios preconcebidos, opinión social generalizada y mis propias ideas.
   El ejemplo más claro sería el factor hijos. Es alarmante (jeje) la cantidad de bebés que se han acercado de alguna u otra forma a mi circulo personal; digo, tener hijos es lo más normal del mundo, no obstante no deja de parecerme un asunto que no debe tomarse a la ligera.
   ¿Cuándo es que una persona es capaz de hacerse responable de su progenie?, ¿Es que esto parece importar?. ¿Por qué es que se decide tener hijos?. No creo que se trate de preservar la especie, y tampoco creo que se trate de algo instintivo... ¿o sí?, ¿es inherente a la condición humana?, ¿se trata acaso de realización personal?, ¿en pareja quizá?, ¿de cerrar un círculo?, ¿accidente?, ¿de la experiencia mística de transmitir vida?
   En un periodo menor a dos años una prima tuvo a su bebé, lo mismo con un par de amigas, y una compañera de la facultad ya va por el segundo; sus edades van de los 23 a los 27; y yo (24) no me imagino a mi mismo cuidando de un chicuelo, ¿cuestión de género quizá?, no lo sé. Tal vez veo las cosas de una forma muy fría.
   Redundo: entiendo que es normal tener hijos, sin embargo me parece digno de mención el hecho de que es un factor que ha ido cambiando con el tiempo o mas bien que ha ido acorde con los cambios en nuestra socidedad. No vayamos tan lejos, tal vez sólo 70 años, entonces era muy común que una mujer quedase embarazada antes de los 20 años, y que las familias de entonces fueran muy numerosas; basta ver a nuestras abuelas. Actualmente hay mujeres que tienen su primer bebé entre los 30 y hasta 40 años, y las familias tienen en promedio 2 o 3 hijos.
   Resulta evidente que la concepción está íntimamente ligada a la feminidad, y esto implica un juego de roles que es el que ha ido cambiando con el tiempo; antes se esperaba de una mujer que mantuviera su familia y su casa (lo que sea que esto signifique), y hoy (aunque con uno que otro tropezón social) es común que una mujer estudie o trabaje, antes o en conjunción con la maternidad. ¿Dónde queda el hombre en esto?, ¿como un mero proveedor de semilla?. Asumo que la presencia de un padre también es importante en la concepción, cuidado y desarrollo de un infante. Esto me hace pensar que la decisión de concebir es una desición bipartita. Aunque en la realidad vemos que no siempre es así.
   Sócrates dijo: sólo sé que nada sé, y esta frase se aplica muy bien en su seguro servidor; me asumo como individuo curioso y esto (o la infección de la garganta que me trae desvariando desde anteayer) me ha hecho hacer preguntas a las que el poco conocimiento o experiencia me impiden resolver; quién sabe, tal vez un día haya un pequeño rattenjunge corriendo por el mundo.

tan-tan