miércoles, 27 de octubre de 2010

1. ¡Cómics!

Últimamente he andado muy comiquero. Hace un par de años leí Kensington Gardens [para leer una entrada afín, píquele aquí] de editorial Resistencia, y desde entonces he seguido leyendo libros de dicha editorial que le pone buena atención al cómic mexicano. Desde hace un par de semanas y hasta por ai' del 7 de noviembre está la exposción Del Paquín al webcómic: los caminos de la historieta en el Centro Cultural España [que pese a su sencillez está bien chévere] y han hecho una serie de conferencias al respecto, de las cuales asistí a dos: La perspectiva femenina en la historieta, que tuvo por invitadas a Cintia Bolio, Beatriz Torres, Rocío Pérez y Josefina Larragoiti, esta última editora de Resistencia; y La historieta y su distribución, con Manuel Ahumada, Luis Fernando, Bachan y Paco Jiménez, este último editor de Vid.

Primero fui a la feria del libro del Zócalo, a videar libros y a sufrir un rato. Alguna vez ví en las Histerietas de La Jornada una historieta de cómo un dios mesoamericano llega a un bar a echarse un pulque, y en breve llega un cristo a echarse una copa de vino. Tras una breve charla sobre el dominio de la re[li]gión, el cristo le dispara al dios mesoamericano con su cruz. Toda una alegoría de La Conquista [que por cierto, erizó al clero]. Y pues que me topo con dicha historieta en un stand [cuyo nombre ya no repetiré porque parece comercial] y que lo compro, y que después hasta me iban a autografiar. La chica que me atendió me comentó que ese día iba a estar Cecilia Pego en la conferencia del Cultural España. Al final Pego no estuvo presente ya que sólo hicieron uan pre-presentación de su libro; y días después sabría cómo se llama esta chica, aunque ya se me olvidó.

De la primera conferencia puedo destacar dos temas: el cómic impreso vs. el webcomic, donde básicamente publicar una historieta supone la ventaja de tener un formato físico aunque de limitada distribución y de mínima remuneración; en tanto un webcomic es un formato que goza de distribucion ilimitada, pero requiere de un soporte eléctrónico para leerse y no es remunerado en la absoluto por sí solo. En resumen, la gente que hace historieta lo hace por amor al arte, y eso es bien noble.
El segundo tema es el hecho de que 'la perspectiva femenina' es un asunto relativo: esto se basa en el hecho de que las temáticas tratadas en las historietas no son necesariamente femeninas, sino que mas bien se trata de la percepción de la autora en sí. Un cómic puede abordar distintos temas [no necesariamente de género] y ser indistintamente escritos por un hombre o una mujer. Con 'perspectiva femenina' creo que más bien se refieren a la historieta cuyo eje temático es la propia mujer, como en el trabajo de Cintia Bolio, que toca muy abiertamente la violencia de género, o el trabajo de Cecilia Pego, que muy en su estilo extraño-dark toca ciertos temas de relaciones de pareja y que llegó a ilustrar un libro titulado ¿Es difícl ser mujer?.

La segunda conferencia también abordó el tema del webcómic, por lo que volvió a tocarse el tema de la historieta impresa vs. la historieta de internet. En este aspecto la conferencia resultó bastante interesante en tanto que a Manuel Ahumada [dibujante de las Histerietas en La Jornada] no le interesa en lo absoluto publicar en internet [y hasta publicar en lo absoluto], sólo seguir haciendo su trabajo; y que Bachán [dibujante de la 'nueva generación] ha visto que si bien dibujar en internet [un medio gratuito] es sinónimo de regalar su trabajo, existe un margen del 2% del público lector que compra mercancía y que puede mantener la máquina rodando. Un punto medio es Luis Fernando, que también es un dibujante veterano de La Jornada y a quien publicar en internet lo ha impulsado a continuar sus historias. [Y eso me consta porque se lo pregunté, y hasta me fue autografiado su libro]
Otra ventaja de publicar en internet es la ausencia de censura: en los 60's y 70's el gobierno controlaba la prensa controlando la distribución del papel, y confiscando o adquiriendo todo ejemplar subversivo que pudiera ser publicado, una barrera que desaparece en internet, tanto por su alcance global como por carecer de un aparato regulador.

Al siguiente sábado volví al Zócalo a la feria, acompañado de mi hermana y de una amiga [y colaboradora del blog] quien resultó conocer a la chica que me había atendido el viernes anterior, también andaba por ahí Josefina Larragoiti [quien me ubicó de las conferencias a las que fui]. Otro domingo regresé con una muy grata compañía [y al día despúes de haber visto a Pixies!] y compré el libro de Manuel Ahumada, y para al martes siguiente volví a encontrarme a la editora de Resistencia [esta vez en el metro], así que sólo la saludé. Tal vez debí pedirle empleo, jaja.

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