Cuando empecé a beber, en la secundaria, odiaba el sabor de la cerveza. Lo odiaba en verdad. Me esforzaba por evitar la mueca de
muyamargo y eso que tomaba pura sol. Ocho años después me pregunto: ¿cuándo volvemos al río de la plata a seguir con nuestra tranquilizadora tertulia y descubrir si somos (o soy) o no daltónica?
Aunque ahora amo la cerveza mis preferencias van encaminadas a cierta hierbita verde que aaaahh que reparadora es.
1 comentario:
igual de pequeña odiaba la cerveza y aún hoy , solo la tomo por compromiso social ju ajua jua.
atte.
chirinola que de tanta corona ya es de la nobleza.
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