Juanito caminante o cómo caí en la cuenta que tengo una vida común.

Ayer hubo oferta en la comercial mexicana. Tres por dos en licores. El que sacó la varita más grande y se lanzó por las bebidas llegó con una caja grande de Johnnie Walker con tres botellas, refresco y hielos. Alcanzó para jugar un texas golden con apuestas de veinte centavos, dominó de parejas de tres, música retro emanada del ipod más versátil que conozco, ganas de lanzarse a una pachanga en el CCC con gente curiosa y un par de güeritas inglesas de 19 años con las que probé mi inglés mientras ellas probaban su español. Una se llamaba Jessica y la otra Washawasha. Estaba muy caminada por el buen Johnnie como para recordar su nombre anglosajón. No supieron como pronunciar mi nombre con tanta ele. Al final fue divertido. No hubo cama voladora y desperté con la misma postura que al irme a dormir.