martes, 8 de julio de 2008

libros!!! 2

Dando algo de continuidad al post anterior (cosa que sólo evidencia mi actual estado de cronocida) pasó que la co-autora de este blog y yo fuimos al gran remate de libros (Ver post introductorio anterior). Alucinante. Llegamos algo así como a la 1:00 (la vendimia empezó a las 11:00) y desde que nos acercamos al auditorio ya veíamos a mucha gente feliz con sus bolsitas de libros; de ésas bien fashion con asas. Una vez dentro, lo primero consiste en medir el territorio como para ver qué hay. Así como uno está a la espectativa de las editoriales que hacen los libros que a uno le gustan, hay muchas otras que quién sabe que tengan. De modo que empezamos a dar el rol por el lugar.
Ya saben como es esa frase mística de: los libros son los que lo encuentran a uno; y me cae que sí. Así, baboseando, me topé con un libro sobre el caballito de sabastián. El único ejemplar que había sobre la mesa donde exhiben los libros.
Rattenjunge: ¿Oiga? ¿qué precio tiene este libro?
Vendedor: 50 pesos
R (pelando los ojos en genuino asombro): ¿50?
V (con cara de "sí, 50"): sí joven
R: Me lo llevo!
Y así llegó el primero. Huelga decir que tan pronto yo me llevé la supuestamente única copia, el encargado puso otra que sacó de nosédónde. Buena táctica.
Cabe admitir, que yo iba buscando cosas artistoidas, no tanto novelas. Así que para cuando llegamos al stand de libros de bolsillo, no me molesté mucho en meterme a la enorme fila que ya se había hecho y confundido tanto para sólo videar un poco y para pagar. Me desesperó un poco la muralla de gente que protegía los libros mientras los revisaban. La ventaja de ser alto esque sólo tenía que acercarme y estirar un poco el cuello para ver. Después de un rato fuimos al stand de la UNAM, el cual estaba lleno con copias y copias de las epístolas de Vasconcelos, y muchos otros libros de poesía, que honestamente, no llamaron mucho mi atención. En cambio, había como 10 copias de sendos libros de las crónicas de José de Eguiara y Eguren.
En latín. Con tipografía antigua. Y en 50 pesos. No me lo llevé por el volumen del libro. Gran error, pero el karma se alinearía de todas formas.
Al final, me dí otra vuelta por el stand de Alfaomega y otra vez, ahí, entre otro montón de libros de muchos temas distintos, salió. Un curso de Autocad, y justo en la versión que tengo instalada. (que es la que aguanta mi compu sin broncas). En 70 pesos. Lo único malo fue que me dieron mi cambio en puras moneditas. Y al caminar me convertí en sonaja ambulante.
Desde ahí nos retiramos con la promesa de regresar por el libro de la UNAM. Yo volví el jueves (el 3er día) y lo primero que hice fue ir al stand de la UNAM para encontrar que ya no quedaban ejemplares del libro. Así que, recordando la mecánica de las ferias del libro de mi facultad, decidí darme otra vuelta para ver que más habrían sacado las editoriales. Me metí a la fila de los libros de bolsillo y de mondadori para ver si me encontraba algún libro de Chuck Palahniuk, pero me encontré con otro, 'Paramnesia', que ya había visto el martes. Lo tomé y leí la contraportada, donde explican que el escritor es un neuropsiquiatra, y que la paramnesia es un estado donde enfermos mentales recuerdan cosas que nunca sucedieron; el personaje central, parece sufrir de paramnesia, o quizá sólo es víctima del brujo del pueblo donde vive. Así que dije, venga! y me compré el libro. 40 pesitos. El libro está pachequísimo, mezcla un poco de folklore mexicano con psicología. Me lo leí a ratos en dos días. Mi hermana no pudo asistir por su trabajo, así que le compré uno de Cortázar, en editorial siglo 21; lo malo fue que la chica que estaba atendiendo estaba toda desesperada con tanta gente y me tuve que esperar un rato para que me dieran el precio y otro rato para pagarlo. 60 pesos. El más caro de todos lo que compré, aunque lo correcto sería el menos barato. Me dí otra vuelta por las editoriales que venden libros más bien educacionales cuando vi a un chico abrazando sendo libro: Berlin Interiors. Me puse a buscarlo y lo encontré en un stand con un buen de libros de arte y de anatomía. Ví que el libro tenía una etiqueta anunciando su precio "$100". Baratísimo la verdad, considerando que ente tipo de libros ronda los $500, pero no tenía suficiente solvencia. Lo tomé de todas formas para revisarlo de cerca cuando noté que el ejemplar que estaba debajo de éste tenía precio de $200. Ante tal incongruencia decidí preguntar:
Rettenjunge: (blandiendo el pesado volumen) diculpe, ¿que precio tiene este libro?
Vendedora: 50 pesos.
R (pelando los ojitos ante la sorpresa, caminando con dificultad entre la gente, acercándose a pagar, sacando sus últimos 50 pesos de la bolsa): Aquí tiene (ahora pagando)
V (divertida ante mi asombro. esque de verdad me hizo el día): ¿quieres una bolsa?
R: Sí gracias.
A continuación entre los dos embolsamos el librote en cuestión. Miren que había otros muy interesantes, pero pues, ojos que no ven, corazón (y bolsillo) que no siente. Así que mejor me fui derechito al metro con la mega carga de mis libros. Apuradísimo por cierto porque tenía que llegar temprano a otro lado. Situación que en realidad merecería un post aparte, pero como al final se puso medio feo, pues mejor los dejo con el desconcierto.
Volviendo a la frase mística, mira que los libros sí lo encuentran a uno, puro hallazgo en esa ocasión. No compré el de Eguiara y Eguren, pero sí volví por más. Yay!.
Al parecer va a haber otro remate para finales de año. A ver qué encuentro entonces. Ya les avisaré.
Fin del comunicado

Postcriptum: Nótese que este blog lo terminé en 3 días, jaja. Mi máquina sufrió un terrible percance, y me tardé en poder ponerle imágenes. Pero eso ya es material para otro post.

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