jueves, 3 de julio de 2008

libros!!!

Bueno, he dejado un poco olvidado esto dado que ya estoy de vacaciones, y es en esta mágica temporada en la que no hago absolutamente nada salvo leer y de vez en cuando salir con mis contemporáneos. Aunque bueno, un evento en particular logró hacerme salir de mi estado-hongo (o de meditación doméstica-zen: 'haciéndome uno con mi cama') y fue el segundo gran remate de libros que tuvo por sede el auditorio nacional.
















Así es esto de los libros. Resulta que los ejemplares que no se venden los llevan a triturar para reciclar el papel, lo cual, como solución técnica es bastante buena; lo malo es que obviamente supone la destrucción de un libro, acto que ha sido calificado por ciertos intelectuales como un crimen comparable al homicidio. Inclusive, dentro de ciertos círculos de gente que compra libros raros, es posible encontrar algunos ejemplares que ya tienen un sello que lee "MATERIAL DE DESTRUCCIÓN".
Pues bien, para no andar destruyendo libros se decidió hacer estos remates, donde se pudieron encontrar libros a precios bastante accesibles (y otros no tanto) que iban desde los 20 pesos hasta los 300, lo cual representa descuentos de más del 75% del precio original. Por supuesto la vendimia de libros estaba a cargo de las editoriales y esto evidentemente se vió reflejada en el tipo de libros y sus precios. Por ejemplo, editoriales como el Fondo de Cultura Económica y la UNAM aprovecharon para sacar todo el material viejísmo que tenían por ahí guardado: libros medio antaños y eso sí de temas muy especializados como por ejemplo un libro en latín sobre Juan José de Eguiara y Eguren (que ya no pude comprar, snif! ya les platicaré después); eso sí en precios bastante buenos, alrededor de los 50 pesos. Otras editoriales como alfaguara que llevaban libros de autores como vargas llosa, o carlos fuentes, ediciones recientes, sí, pero a precios alrededor de los 100 pesos; que de por sí ya es cerca de la mitad del precio original se vuelve un poco difícl dentro del contexto de un remate, (¿sería que todavía querrían sacarle una ganancia al material? ¿o solamente recuperar lo invertido?). Respecto a este tipo de situaciones, se llegó a mencionar que si esos libros ya estaban destinados a destrucción, ¿qué mas les daba a las editoriales dejarlos baratos? (o digo yo, cuando menos al precio del papel, no?)
Ahora bien, tanto estoy que si el precio, el precio; pero es que bueno, la cultura de la lectura en este país no es precisamente nutrida (se mencionaba que en promedio, en todo méxico se lee medio libro al año), y no existen muchos programas de fomento a la lectura como quisiéramos; así que en estas cirunstancias considero que el precio de un libro sí es un factor determinante.
Pero bueno, resulta bastante curioso que a pesar de que el evento no tuvo mucha difusión mediática (salvo algunos carteles en el metro, una que otra mención en prensa en línea y una en la radio) fue bastante concurrido; lo interesante de esto es que la difusión fue vía chisme, yo me enteré por un par de e-mails y mucha gente se enteró de oídas.
Es aún más curioso que ese tipo de frases como los libros son los que lo encuentran a uno se hagan realidad, pero bueno, ya lo verán y la les platicaré (o presumiré) mis hallazgos. Por lo pronto les dejo uno links del evento, que aunque ya pasó, no deja de ser relevante:

secretaría de cultura del Ditrito federal

la nota del financiero
vanguardia.com.mx
el informador.com.mx

que les sea leve.


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